Residuos no domiciliarios: cómo opera el cumplimiento de la Ley REP para envases y embalajes que quedan en empresas y comercio

De las 14.500 empresas que están reguladas por la Ley REP, muchas de ellas deberán cumplir sus metas tanto en la parte domiciliaria como en las no domiciliaria. Y esto implica empezar a medir desde ya la cantidad y tipo de envases que utilizan en cada una de estas categorías. Los plazos apremian, dicen los expertos, y no son pocas las empresas que aún no están debidamente informadas de esta regulación. País Circular y ReSimple convocaron a tres expertos en la materia los desafíos de implementación de la Ley REP para los residuos de envases y embalajes que no llegan a las casas, sino que se quedan en los patios de industrias, empresas y comercio del país.

Fuente: País Circular

Publicado en marzo de 2021, el decreto que fija las metas de recolección y valorización para los envases y embalajes en el país, en el marco de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), establece obligaciones para el reciclaje de productos de consumo masivo que se ponen en el mercado y -por tanto- deben ser retirados desde los domicilios de los habitantes del país, pero también impone metas distintas para el reciclaje de envases que se encuentran en los patios traseros de industrias, comercio y empresas.

Para estos últimos, la ley establece el reciclaje obligatorio de papeles y cartones, plásticos y metales, en un sector donde hoy se concentran la mayoría de las actividades de reciclaje del país, con tasas que alcanzan el 50% para el sector industrial. Para estos materiales, estas tasas de reciclaje deberán llegar desde un 55% para el plástico hasta un 85% para papeles y cartones al cabo de una década.

¿Cómo operará la Ley REP -y sus obligaciones- en los residuos que se encuentran al interior de las empresas? Contestar esta pregunta fue el objetivo del seminario “Implementación de la ley REP: Los desafíos del cumplimiento de las metas de los residuos no domiciliarios”, organizado por el sistema de gestión de residuos en conformación ReSimple y País Circular, en el que expusieron Isidro Pereda, gerente de proyecto de ReSimple; Iván Cheuquelaf, director de gremios sectoriales y desarrollo regional de la Sofofa; y Franco Demaría, presidente de la Mesa de Valor Compartido y Sostenibilidad de la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso.

Para Isidro Pereda, un primer punto relevante son las fechas establecidas en el decreto. “Esto es súper importante, porque la primera fecha relevante, que se veía súper lejana pero estamos a casi ocho meses de que esto se cumpla, es la presentación del plan de gestión (septiembre 2022), que significa que las empresas -como regulados- tienen que presentar un plan de gestión de sus residuos si deciden hacerlo de forma individual, o bien adherirse a un plan de gestión colectivo, en cuyo caso ese sistema debe presentarlo al Ministerio del Medio Ambiente. Y en septiembre de 2023, comienza el cumplimiento de las metas y obligaciones de este decreto”, señala.

De las 14.500 empresas que están reguladas por la Ley REP, plantea, muchas de ellas deberán cumplir sus metas tanto en la parte domiciliaria como en las no domiciliarias, señala Pereda. Y lo primero que deben tener claro y “con carácter de urgencia”, agrega, es la medición de los envases que utilizan en cada una de estas categorías.

“Ahora se pedirá de forma separada y no por ventanilla única, porque ahora estamos en modo REP y ya no solo nos vamos a hacer cargo de la data, vamos a ir a recoger estos residuos y tenemos metas específicas para cada una de estas categorías. Por lo tanto, hay que separarlos también por subcategoría, dependiendo del envase. Nosotros hoy estamos apoyando a más de mil marcas que están en modo REP, ayudándolos a visualizar cómo tienen que declarar, porque es el primero paso para que una empresa se pueda hacer cargo de la Ley REP. Lo primero es medir”, afirma.

Esto operará también para las empresas que no venden en el mercado domiciliario, sino las que venden de una empresa a otra, por ejemplo. Empresas que venden repuestos, insumos y materias primas o a granel, y que -por ejemplo- lo hacen en tambores, stretch film o cajas. Esos residuos de embalaje también están afectos a la Ley REP, y de ellos tienen que hacerse cargo sus proveedores.

Cómo opera el sistema para los residuos industriales

Para los residuos domiciliarios, las empresas deberán hacerse cargo de la recolección, transporte, almacenamiento y valorización de los envases y embalajes que ponen en el mercado. Es decir, deberán montar y financiar una logística completa para la recuperación de esos envases desde los domicilios de sus clientes, un sector donde las tasas de reciclaje hoy están muy por debajo del 10% a nivel nacional. Sin embargo, para los residuos que quedan en las industrias, empresas y comercio, operará de forma distinta.

Para hacer esta tarea, se crearon los sistemas de gestión de residuos, que estarán conformados por miles de empresas productoras afectas a la Ley REP. Son entidades sin fines de lucro y que no reparten utilidades, explica Pereda; son centros de costo, finalmente, que organizan mediante licitaciones abiertas la contratación de estos gestores para posteriormente indicarle al Ministerio del Medio Ambiente las metas y obligaciones que cumplieron en su nombre.

En el caso de los residuos industriales, hay traslado de mercaderías desde la fábrica hasta el centro de distribución, y desde ahí hasta una tienda o un supermercado. Cada una de estas entidades tiene un patio trasero en donde se están colocando los cartones, plásticos, maxisacos, etc., donde hay una generación de residuos no domiciliaria. Y en estos casos, como se señaló, ya hay un importante camino avanzado.

“La gestión de residuos de envases y embalajes obviamente no parte desde cero, hay una industria previa, que básicamente está concentrado hoy en los residuos no domiciliarios, donde existe un ecosistema con gestores que llevan 20 o 30 años haciéndose cargo de los residuos que generan las empresas. Ponen los acopios, tiene una frecuencia y ponen gente para gestionar esos patios traseros, que hace que las tasas de reciclaje en las empresas estén en torno al 50%”, explica Pereda

¿Cómo se incorpora a este ecosistema el sistema de gestión? “En el caso de las empresas, donde ya es económicamente viable el retiro de residuos, el sistema de gestión va a utilizar una estrategia de gestión llamada monitoring, que aprovecha lo mejor del mercado y solamente interviene cuando el mercado no está haciendo su trabajo. En esencia, se trata de una recolección de datos”, agrega.

Por ejemplo, en el caso de un supermercado, cada uno debe medir su línea base no domiciliaria. “Supongamos -explica Pereda- que el primero usó mil toneladas de cajas de cartón, el segundo 200, el siguiente 300 y el último 500 toneladas. Esa información se la envía al sistema de gestión, que ahora el sistema de gestión tiene un sumatoria de líneas base y 2.000 toneladas de las que hacerse cargo. Por otro lado, el gestor sigue llevándose las cajas de cartón a una planta de reciclaje, eso sigue siendo un contrato privado y por lo tanto el flujo de dinero sigue siendo entre el gestor y el consumidor industrial. Pero hay un punto, que es la información del consumidor industrial. Al momento en que este lo informa a través del sistema de gestión, se produce el balance de masa. En el momento en que se están ingresando esas 2.000 toneladas, y el supermercado informa que de ellas hay 1.500 toneladas retiradas y gestionadas, se informa el ingreso de 2.000 y la gestión de 1.500 toneladas. Pero para hacerse cargo de que eso se hizo realmente hay que ir a buscar la información de esa valorización a la planta de reciclaje”.

De esta manera se cumple con las metas en la parte de lo que se pone en el mercado, y por otro lado de cuánto se están haciendo cargo los gestores. Entonces, si el mercado funciona, solamente se rescatan los datos para informarlos al Ministerio del Medio Ambiente. Para esto se requiere de una trazabilidad total. Primero, que el supermercado esté dentro del sistema de gestión de manera que lo pueda informar a través de este. Y aguas arriba, todos los proveedores del supermercado también tienen que estar dentro del sistema de gestión para que se produzca este balance de masa.

“En términos de flujos de dinero, este sigue siendo entre el generador y el gestor, y en esta caso hay una tarifa por el monitoring -muchísimo menor que la tarifa domiciliaria, en que se realiza el retiro y valorización por parte del sistema de gestión-, que se cobra a los productores en virtud de la cantidad de kilos que ponen en el mercado. Este cobro es para echar andar el sistema informático, pero también para la parte en que el mercado no funciona, que es cuando los residuos son complejos de recoger, o cuando la geografía lo hace complejo”, explica Isidro Pereda.

Esto permite, agrega, que en los patios traseros que hoy están siendo atendidos siga operando tal cual ese mercado, rescatando los datos para la trazabilidad. Pero por otro lado, en la parte donde esto no funciona, porque el reciclaje de un residuo no le sale a cuenta al gestor o por complejidades y costos derivados de la geografía, aparece el sistema de gestión con los incentivos para que finalmente se completen las tasas de reciclaje fijadas por la Ley REP para los residuos no domiciliarios.

“La Ley REP nos pone un estándar mínimo, que creo es necesario pero no suficiente. Lo más importante es que las compañías vean esto como una oportunidad de innovar. Lo que podemos rescatar de estas normativas, más que cumplirlas, es cómo nos mueve a repensar nuestros negocios, la forma de hacer empresa, y ojalá generar iniciativas de alto impacto que permitan tener esta visión de economía circular”

Gremios: impulsar el éxito de la REP, y avanzar a producción sostenible

Iván Cheuquelaf, director de gremios sectoriales y desarrollo regional de la Sofofa, afirma que el gremio tiene dentro de sus objetivos la consolidación de una conciencia productiva que sea respetuosa de la naturaleza y del medio ambiente. Y para ello, buscan procurar que este progreso industrial, junto con acarrear una prosperidad material, mejore el entorno que nos rodea.

“En ese sentido -plantea-, la Ley REP tiene mucha relación con este interés gremial, y por eso hemos estado muy involucrados en esta línea de trabajo desde hace mucho tiempo. En este sentido, uno de nuestros focos de trabajo contempla expresamente que la actividad económica sea sostenible, y vincularlo también con la Agenda 2030 de la ONU, que a propósito de la discusión constitucional está cobrando una importancia fundamental. Hay un amplio consenso de dirigirnos como país hacia un desarrollo sostenible”.

En el ámbito de ese trabajo, Sofofa presentó hace poco un informe denominado “Hacia un desarrollo sostenible”, que contiene más de 30 propuestas concretas, y una de ellas aborda de manera especial la valorización de los residuos de consumo masivo, y la economía de esos productos, muy relacionado con la Ley REP. En concreto, se propuso el desarrollo de instrumentos habilitantes que permitan incorporar a la economía materiales con un potencial uso, reemplazando el concepto de residuo por el de subproductos, a escala industrial y minera, y de esta manera superar el enfoque lineal estableciendo un camino claro para el reúso de materiales.

“Lo que se propone es fortalecer el uso inmediato de aquellos materiales que cuentan con antecedentes y referencias de un uso exitoso en economías desarrolladas, de manera de generar condiciones para validar nuevos usos por medio de proyectos demostrativos, pilotos, en un trabajo conjunto entre empresas y autoridades. En ese contexto, Sofofa y el Ministerio del Medio Ambiente lanzaron una iniciativa que permitirá desarrollar instrumentos para habilitar el uso de 8,6 millones de toneladas de residuos que actualmente van a sitios de disposición final en el país”, señala Cheuquelaf.

En cuanto a la Ley REP, agrega, “uno de los intereses que tenemos como Sofofa es el de ser un agente articulador para que las empresas y los gremios vayan conociendo las implicancias de la implementación de la ley en estas materias, las obligaciones y los plazos que ya están encima. Uno de los temas que apremia es justamente que las empresas sepan que tiene que dar cumplimiento e integrar los sistemas de gestión. Nuestro ánimo es ser un agente colaborador en esa línea”.

Por su parte, Franco Demaría, presidente de la Mesa de Valor Compartido y Sostenibilidad de la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, afirmó que como gremio están apoyando a que esta ley se pueda implementar de la mejor forma posible, y llegue a la mayor cantidad de empresas que hoy están siendo reguladas.

“No solo difundiendo en qué consiste -explica-, sino que lo más importante es motivar a nuestros asociados a ser parte de esta nueva forma de ser empresas, orientando sus esfuerzos a las nuevas tendencias. En el fondo, es cómo hacer empresas mirando la sostenibilidad como un eje central de nuestro negocio (…) Creo que, más allá de la Ley REP, lo más importante hoy es tener esta visión de triple impacto, donde no solamente tengamos en mente el legítimo desempeño económico, sino también el impacto ambiental y social de las iniciativas que generamos como empresas”.

Para Demaría, lo importante hoy es tener una nueva mirada de hacer negocios “que no responda solo al por qué lo hacemos, sino al cómo lo hacemos. En ese sentido, la Ley REP nos pone un estándar mínimo, que creo es necesario pero no suficiente. Hoy tenemos que hacernos cargo de las normativas que están surgiendo, pero lo más importante es que las compañías vean esto como una oportunidad de innovar. Lo que podemos rescatar de estas normativas, más que cumplirlas, es cómo nos mueve a repensar nuestros negocios, la forma de hacer empresa, y ojalá generar iniciativas de alto impacto que permitan tener esta visión de economía circular. Eso es lo que estamos tratando de promover hoy, el desafío es ir más allá de la ley y ser proactivos”.