Rendimientos en producción de arándanos podrían verse afectados por lluvias

Eventos meteorológicos como los anunciados afectan más cuando se producen durante la época de cosecha, disminuyendo los rendimientos que cuando ocurren en meses anteriores al verano.

Fuente: Diario La Tribuna

El presidente de Asociación Gremial de Productores de Berries del Biobío, Francisco Novales, contó que las lluvias y temporales del último tiempo en la provincia de Biobío dañan la fruta de exportación, hasta el punto en el que ya no puede ser enviada al extranjero para su comercialización e implican un mayor uso de productos para prevenir enfermedades por el exceso de humedad en los árboles.

El productor explicó que «todos los años hay varios eventos climáticos que van alterando las proyecciones iniciales de cosecha. En 2022, pasado mediados de noviembre hubo una granizada en la franja del sector de Santa Fe». «Eso también destruyó la producción para fruta fresca en el caso de arándanos, manzanos y cerezos. El fin de semana recién pasado hubo un par de eventos de granizadas y un temporal de viento que afectó a algunos sectores», dijo.

DISMINUCIÓN PRODUCTIVA

El agricultor indicó que «dependiendo del tipo de daño que se sufra, por ejemplo, el granizo, que daña la piel de la fruta, hace que el fruto aborte naturalmente o llegue a cosecha, pero con marcas en la piel». «Esa fruta no sirve para ser exportada. Con el viento, muchas ramas se partieron y eso es parte del crecimiento vegetativo del año. La planta pierde energía porque debe reemplazar esa rama por otra nueva», declaró el dirigente gremial.

«Dependiendo del daño, se deben aplicar fungicidas para prevenir la aparición de hongos después de una lluvia significativa, a un raleo para botar la fruta a mano antes de la cosecha y no entorpecerla», detalló Novales. Lo anterior, según explicó, se hace «para que esa fruta dañada no le quite energía al árbol o al arbusto en caso de los arándanos». «También se aplican productos como algas o bio-estimulantes, para ayudar a la planta a salir del estrés de una helada, que son labores que desarrollan en distinta medida los productores», dijo.

MEDIDAS PALEATIVAS

Francisco Novales adelantó, en relación al efecto futuro en el empleo de la mano de obra temporal que trabaja en labores de mantención de huertos o durante la temporada de cosecha, que «en este momento no hay falta de mano de obra. Supuestamente hay gente dispuesta a trabajar, pero el problema es que con los bonos la gente no quiere trabajar con contrato, que también es un problema». «En el caso de algunos cultivos, como el arándano, si el daño en el huerto es mucho, el productor puede llegar a tener que cosechar con una máquina», ejemplificó.

«Cuando el daño no es tan significativo o es un porcentaje menor, con la tecnología óptica que hay en los packing de selección, las máquinas son capaces de detectar esa fruta», rescató el representante de Aproberries. El presidente del gremio explicó que «esa fruta se saca, queda de calidad industrial y se envía a la industria del congelado y del jugo». «Hacia adelante, tenemos que tener cuidado con la lluvia más dañina, que es la que se produce justo en el momento antes de la cosecha», alertó.

MAYOR USO DE FUNGICIDAS

El dirigente de la Asociación gremial de productores de berries del Biobío detalló que «en estas lluvias, que vienen antes, tenemos que usar un poco más de fungicidas y va a depender de las temperaturas así como de la cantidad de milímetros que caigan». «Una lluvia en cosecha produce daños en arándanos, cerezas, frambuesas y otros cultivos», finalizó Novales en relación a las condiciones meteorológicas pronosticadas y sus efectos en la actividad.