¿Qué buscará el consumidor post-Covid en sus compras de alimentación?

El consumidor del futuro se caracterizará por una mayor preocupación por el cuidado de la salud a través de la alimentación, por su preferencia por las marcas comprometidas con la sostenibilidad y por compaginar de forma ágil las compras a través de internet y en la tienda física, según se ha concluido en la jornada “El consumidor y la cadena alimentaria del futuro”, coordinada por el Cluster de Alimentación de Euskadi, celebrada dentro del congreso Food 4 Future.

Fuente: Simfruit

La jornada, moderada por el director general de Cluster de Alimentación de Euskadi, Jon Ander Egaña, ha acogido la presentación del estudio “El consumidor del futuro” a cargo de Xavier Cros, experto en el análisis del comportamiento del shopper y responsable de la plataforma de estudios colaborativos ShopperView en Aecoc.

Según los datos presentados, en términos económicos, la situación del hogar ha empeorado para el 38% de los encuestados, y el 29% cree que irá a peor en los próximos meses. Esto ha provocado cambios en las necesidades de consumo, de forma que una tercera parte de la muestra reconoce que no necesita gastar tanto como antes en productos de alimentación.

La elección del canal de compra también se ha visto afectada. Antes de la aparición del Covid-19, el punto de venta se concebía como un espacio estimulante y capaz de generar nuevas experiencias de compra. Durante la crisis sanitaria, pasó a ser percibido como una amenaza por el miedo al contagio. Esto hizo crecer exponencialmente las ventas por la vía online, un fenómeno que ha llegado para quedarse. En este periodo, el 46% de los consumidores ha empezado a comprar productos de gran consumo por internet o compra más que antes del inicio de la pandemia, y prácticamente la totalidad de ellos (95%) tiene previsto seguir comprando online. La fidelización a través del canal online es, por tanto, un hecho.

La importancia del factor saludable y la sostenibilidad

Tal y como se ha expuesto, el cuidado de la salud a través de la alimentación ha cobrado una importancia sin precedentes hasta el momento. De cara a que las empresas puedan aprovechar las oportunidades abiertas en este ámbito, el informe señala cuatro grandes áreas a explorar: la prevención de enfermedades (el 92% de los consumidores busca mejorar su nutrición mediante productos que refuercen sus defensas, evitando aquellos que elevan la tensión o el colesterol); el cuidado y mejora del estado físico (el 91% quiere mantener o mejorarlo para encontrarse bien y ganar en energía); la mejora del ánimo y la salud psíquica (no se busca expresamente, pero se encuentra como consecuencia de los anteriores) y la preocupación por la imagen (el 85% persigue un beneficio estético cuyo paradigma es el peso, pero que también se enfoca en la piel o el pelo).

De cara a lograr ese ansiado bienestar físico y mental a través de la alimentación, el shopper da prioridad a los productos ecológicos y de proximidad. En esta línea, el 31% compra más productos ecológicos que antes, y el 50% adquiere más alimentos de proximidad y Km0. Sin embargo, hasta el 25% de los encuestados dice no encontrar en el mercado los productos adecuados a las nuevas necesidades provocadas por la pandemia. Esta situación abre un enorme abanico de posibilidades a explorar por las empresas a través de la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios dirigidos a satisfacer las necesidades detectadas.

El campo de la sostenibilidad es otro de los que se ha visto reforzado a ojos del consumidor. En este sentido, el 39% de los encuestados afirma haber dejado de comprar marcas que considera no sostenibles. Según revela el estudio, existen cuatro ejes que determinan las compras sostenibles en los que deberán poner el foco las empresas: la abundancia de plástico en envases y embalajes, el desperdicio de alimentos (el 76% intentará reducirlo comprando las cantidades justas), los cambios en la dieta (el 6% de la población sigue dietas vegetarianas o veganas) y la proximidad (el 38% comprará más productos de proximidad en los próximos meses).

Otro de los cambios acelerados por esta crisis es el trasvase al interior del hogar del consumo que antes se hacía en bares y restaurantes. Las restricciones en hostelería llevaron a la población a cocinar más en casa (el 40% gasta más en productos para cocinar que antes), buscando en muchos casos replicar la experiencia del local de restauración. Así, el 31% de los consumidores compra productos para preparar platos que antes consumía habitualmente fuera del hogar. Asimismo, este trasvase del consumo ha propiciado un auge de los platos preparados.