Mientras crece el consumo de arándanos en el mundo, baja la exportación de arándanos argentinos

En los últimos cinco años el consumo de arándanos ha crecido exponencialmente en todo el planeta y emergen nuevos mercados para abastecer como China, India y Emiratos Árabes; pero en Argentina la producción viene en declive.

Fuente: argblueberry.com

“En la génesis de la actividad productiva, el arándano nació como un producto de contraestación para abastecer mercados del hemisferio norte como Estados Unidos y Europa”, explicó en diálogo con Ser Industria Radio Jorge Pazos, directivo del Comité Argentino Arándanos y presidente de la Cámara Argentina de Productores de Arándanos y otros Berries (CAPAB). “En ese momento, el 70% de las exportaciones iban a Estados Unidos y el resto a Europa”.

“Hace unos siete años, irrumpió Perú, que comenzó a producir en volúmenes muy superiores a los nuestros y mucho más cerca de esos mercados. Además, cuenta, con una mano de obra no sindicalizada, una ley de fomento agrario y una serie de condiciones que le han dado la posibilidad de captar esos mercados, desplazándonos de nuestra ventana de producción. Ellos producen en el mismo momento que lo hacemos nosotros”.

De hecho, en la última década, Argentina bajó de 20.000 toneladas a 12.000 anuales en el volumen exportado y Perú alcanzó las 100.000 toneladas.

“Actualmente, nuestras exportaciones se destinan a mercados asiáticos e Israel, como nichos de mercado. Nos queda una oportunidad de trabajo con fruta orgánica que es lo que Perú todavía no puede obtener. Argentina ha logrado certificar los campos de manera organizada y eso sí nos da una oportunidad de seguir en la actividad”, indica Jorge Pazos.

En 2018 el país logró exportar a China, pero lamentablemente los envíos no continuaron. “Argentina tiene que pagar un arancel para exportar a China y, si bien hicimos muchos esfuerzos para poder certificar y lograr que ellos se interesen por nuestro producto, el arancel es tan elevado que directamente nos hace inviable trabajar con China”.

A nivel logístico, el producto “nació orientado a la logística aérea”, indica Pazos, “pero con el tiempo tuvo que ir migrando hacia el marítimo, precisamente, por cuestiones de costos. También es cierto que tanto los costos como la falta de contenedores, generaron preocupación a nuestro sector porque es una fruta altamente perecedera que tiene que llegar en buen estado”, recuerda.