“Chile ha logrado superar la crisis varietal, reactivar el interés del mercado y reposicionarse con un producto de alta calidad. Todo esto refuerza el carácter resiliente, competitivo y estratégico de una industria que busca mantenerse a la vanguardia del mercado global”.
Fuente: Blueberries Consulting
La irrupción sorpresiva y exponencial de la industria peruana del arándano, sumado a la nueva oferta varietal – muy superior en productividad y calidad de la fruta – y los altos estándares – tanto de los consumidores como del mercado – relegaron a la industria chilena del arándano a lugares muy secundarios en el marco global. En menos de cinco años Chile pasó de su posición de líder absoluto en la exportación mundial de arándanos a una industria sin protagonismo y casi muerta para algunos.
De acuerdo al Anuario 2025 Mercado Internacional de Arándano de iQonsulting, el volumen total de arándanos exportados por los países del hemisferio sur durante la temporada 2024/25 alcanzó las 436.431 toneladas, lo que representó un aumento del 28% en comparación con la temporada anterior.
Perú mantuvo su liderazgo como principal exportador de arándanos frescos, con un volumen total de 317.847 toneladas, lo que significó un incremento del 42% respecto a la temporada previa. En segundo lugar, Chile también registró un crecimiento en sus exportaciones, con un alza del 5%, alcanzando un total de 90.647 toneladas.
Visión estratégica
En este contexto, las palabras de Isabel Quiroz, directora de iQonsulting y figura destacada en el análisis agroexportador chileno, reflejan una visión clara, realista y estratégica del momento que vive la industria del arándano en Chile. En su análisis, se reconocen tanto los desafíos enfrentados por el sector en los últimos años como las decisiones clave que han permitido su recuperación y reposicionamiento en el mercado global.
En primer lugar, Quiroz hace una lectura lúcida sobre el ciclo natural de las industrias agrícolas. Señala que, tras un periodo inicial de auge —marcado por altos precios y entusiasmo del mercado—, llega un punto en el que la innovación varietal, la competitividad y la eficiencia productiva se vuelven fundamentales. Este diagnóstico es especialmente pertinente para los arándanos, cuyo crecimiento explosivo en años anteriores llevó a una sobreoferta de variedades que no siempre cumplían con las exigencias del mercado.
Reingeniería varietal
Lo valioso de su análisis es que no se queda en la crítica, sino que destaca con optimismo fundamentado el proceso de reingeniería varietal que ha vivido el país. Subraya el papel protagónico del Comité de Arándanos de Chile en la evaluación técnica y comercial de nuevas variedades, así como la capacidad del sector para adaptarse, renovar huertos y reenfocar su estrategia de exportación. Esto se traduce en una industria que ha comenzado a ofrecer nuevamente un producto firme, atractivo para el consumidor, y de alto interés para los importadores internacionales.
Chile está de vuelta
Otro punto central en sus declaraciones es el valor que ha tenido la exportación de arándanos congelados como mecanismo de absorción de volumen y estabilización de precios. Esta transformación, que ha implicado tecnificación y mecanización de la cosecha, no solo ha permitido sostener la rentabilidad de muchos huertos, sino que también proyecta a Chile como un referente para otras industrias frutícolas en busca de diversificación comercial.
Finalmente, Isabel Quiroz envía un mensaje potente al afirmar que la industria del arándano chileno «está de vuelta». Atribuye esta recuperación a una decisión consciente del sector de avanzar hacia la sostenibilidad, la calidad y la diferenciación, elementos clave para competir en un entorno global donde el mercado ya no premia únicamente el volumen, sino también la eficiencia, la trazabilidad y el valor agregado.
Lejos de presentar un escenario idealizado, la visión de Isabel Quiroz sobre el estado actual y futuro de la industria chilena del arándano en 2025 es una combinación de análisis técnico, visión estratégica y compromiso con la sostenibilidad. Reconoce los errores del pasado y celebra la capacidad del sector para reinventarse. Su mensaje es claro: Chile ha logrado superar la crisis varietal, reactivar el interés del mercado y reposicionarse con un producto de alta calidad. Todo esto refuerza el carácter resiliente, competitivo y estratégico de una industria que busca mantenerse a la vanguardia del mercado global.