«Ecuador se proyecta como jugador emergente en el comercio internacional del arándano»

El mercado global de arándanos sigue expandiéndose rápidamente y Ecuador se posiciona como un jugador emergente con características únicas que lo diferencian de gigantes productores como Perú y Chile. Aunque su superficie cultivada es aún limitada, el país apuesta por el aprovechamiento de sus condiciones climáticas excepcionales para destacarse en el competitivo panorama internacional.

Fuente: Fresh Plaza

Sebastián Muñoz, gerente general de Negoser GlobalForum, destaca en entrevista que el sector del arándano en Ecuador ha crecido desde sus inicios en 2015-2016, alcanzando las 300 hectáreas cultivadas en 2024, distribuidas entre variedades como Biloxi, Emerald, Atlas, Eureka y Matías. La producción ecuatoriana ha mostrado un incremento significativo en exportaciones, cerrando este año con 300 toneladas, frente a las 112 toneladas exportadas en 2023.

«La calidad de nuestro arándano, su firmeza y características organolépticas nos permiten competir en los mercados más exigentes, como Estados Unidos y Europa, incluso con envíos piloto exitosos a Asia», señala Muñoz.

Ecuador cuenta con una ventaja estratégica: su capacidad de producir arándanos durante todo el año gracias a la diversidad climática entre sus regiones andina y costera. Sin embargo, el principal desafío radica en el limitado volumen de producción, insuficiente para satisfacer la creciente demanda global. «Nuestro reto es ampliar el área cultivada y fomentar la inversión en este sector, tanto de productores locales como internacionales, para alcanzar un mediano plazo con al menos 1.000 hectáreas cultivadas», explica Muñoz.

A nivel internacional, el país avanza en la apertura de nuevos mercados. Con protocolos fitosanitarios ya establecidos en más de 30 países y en desarrollo con China, el arándano ecuatoriano está ganando espacio como una opción premium, destinada a nichos de mercado que valoran su calidad.

El sector del arándano no solo contribuye a diversificar la oferta agroexportadora de Ecuador, tradicionalmente dominada por productos como banano y cacao, sino que también tiene un impacto positivo en las comunidades locales. Según Muñoz, entre el 80% y el 90% de la mano de obra en los cultivos proviene de mujeres, promoviendo el desarrollo económico inclusivo en las zonas rurales. Además, en 2024 las exportaciones generaron más de un millón de dólares, consolidando al arándano como un rubro clave para la economía ecuatoriana.

«Con precios promedios de 5 a 6 dólares por kilo FOB, los arándanos ecuatorianos resultan rentables para los productores, quienes apuestan por tecnologías avanzadas como sistemas de riego tecnificado y material genético mejorado», destaca Muñoz. «Estas inversiones, junto con la estabilidad de precios en los mercados locales e internacionales, aseguran un futuro prometedor para el sector».

Ecuador encara con optimismo los retos del mercado global, confiando en que la calidad de su fruta y su capacidad de producir todo el año lo posicionarán como un actor clave en el comercio internacional de arándanos.

Con el objetivo de consolidar el cultivo del arándano en Ecuador, atraer nuevos inversionistas y ampliar su oferta exportadora, Quito fue sede de la segunda edición del Congreso Internacional de Arándano, organizado por Negoser Global bajo su marca GlobalForum. El evento reunió a cerca de 200 participantes, entre productores, técnicos, académicos e inversionistas, y se estructuró en tres ejes clave:

  • Conferencias magistrales donde especialistas de México, Chile y Ecuador abordaron temas sobre cultivo, comercialización y tecnologías aplicadas.
  • Muestra comercial en la que empresas del sector presentaron innovaciones en insumos, plantas y tecnología.
  • Y espacio de networking que generó oportunidades de colaboración entre productores, empresarios e inversionistas interesados en esta industria en crecimiento.

«Este tipo de encuentros no solo refuerzan el posicionamiento del arándano ecuatoriano, sino que también fomentan la colaboración y el crecimiento sostenido de la industria», afirma Muñoz.