Recientemente, Zimbabue se ha convertido en un actor clave de la industria mundial del arándano. La producción del país se situó en torno a las 8.000 toneladas métricas en la temporada 2023/2024 y ahora cuenta con una de las industrias de arándanos de más rápido crecimiento del mundo.
Fuente: Portalfruticola.com
Sin embargo, este floreciente sector se enfrenta a importantes obstáculos, como una financiación limitada, un apoyo gubernamental mínimo y problemas de infraestructura.
La industria hortícola de Zimbabue aporta más de 100 millones de dólares anuales a la economía. Históricamente, el sector alcanzó un máximo de 140 millones de dólares en exportaciones en 1999, antes de verse perturbado por las reformas agrarias del ex presidente Robert Mugabe. La reasignación de tierras a los agricultores, al tiempo que abordaba las desigualdades sociopolíticas, introdujo problemas como la incertidumbre en la tenencia de la tierra, que hizo que los bancos se mostraran reacios a financiar empresas agrícolas.
El actual auge de las exportaciones de arándanos representa un resurgimiento del potencial hortícola de Zimbabue. Desde las primeras exportaciones de arándanos en 2017, los volúmenes han crecido considerablemente, convirtiéndolo en un líder en las tasas de crecimiento de las exportaciones mundiales.
De prácticamente no exportar hace cinco años, Zimbabue ahora ocupa el puesto 13 entre los mayores exportadores mundiales de arándanos.
El cultivo de arándanos requiere mucho capital. Establecer una sola hectárea requiere un mínimo de 100.000 dólares para importar plantas, contar con viveros especializados e infraestructura de envasado.
Los agricultores locales tienen dificultades para conseguir préstamos. Los bancos de Zimbabue no aceptan como garantía los contratos de arrendamiento de 99 años emitidos por el gobierno, lo que los obliga a depender de sus ahorros. “Necesitamos intervenciones y tienen que venir del gobierno. Nadie más”, afirma una fuente del sector que necesita 1,2 millones de dólares para duplicar su producción.
Las rutas de exportación a través de puertos como Durban y Beira se revisan constantemente para optimizar costes y fiabilidad. Durban sigue siendo el principal centro de exportación de arándanos, pero se está estudiando la diversificación hacia Beira, especialmente para los mercados de África Oriental y Oriente Medio.
La escasez de agua es un problema urgente para la agricultura zimbabuense. El cambio climático ha intensificado este reto, que exige mejorar el almacenamiento y la gestión del agua para sostener el crecimiento a largo plazo. Sin una pluviosidad adecuada, los planes de expansión del sector corren el riesgo de estancarse.
A pesar de los retos, el sector es inmensamente prometedor. El Consejo de Desarrollo Hortícola (HDC) aspira a aumentar el cultivo de arándanos a 1.500 hectáreas en 2030, con una producción anual de 30.000 toneladas métricas. Alcanzar este ambicioso objetivo requeriría una inversión estimada en 240 millones de dólares, pero podría generar unos ingresos equivalentes a los del máximo rendimiento del sector hortícola en la década de 1990.
Los arándanos de Zimbabue han establecido una fuerte demanda en mercados como el Reino Unido y Asia Oriental. Los nuevos acuerdos comerciales, como el protocolo de exportación de aguacates con China, ilustran la capacidad de Zimbabue para diversificar sus exportaciones hortícolas. El potencial del país para ampliar su presencia en mercados de gran demanda complementa su creciente reputación de producto fresco de calidad.
Abordar el cuello de botella de la financiación requerirá la intervención del gobierno. El financiamiento en condiciones favorables y las políticas para mejorar la seguridad de la tenencia de la tierra son esenciales para desbloquear la inversión.
Las asociaciones con inversores extranjeros también podrían impulsar el crecimiento. Los esfuerzos para mejorar la logística y racionalizar las rutas de exportación reforzarán la competitividad de Zimbabue. La colaboración entre el gobierno, el HDC y las partes interesadas del sector privado puede ayudar a resolver las ineficiencias de puertos como Beira y Durban.
Además, las prácticas sostenibles, especialmente en la gestión del agua, son fundamentales para el éxito a largo plazo. Hay que dar prioridad a las inversiones en tecnologías e infraestructuras de ahorro de agua para mitigar los efectos del cambio climático.
La industria zimbabuense del arándano se encuentra en una encrucijada. Aunque goza de un rápido crecimiento y un inmenso potencial, los retos sistémicos en materia de financiación, infraestructuras y resistencia al cambio climático amenazan con impedir el progreso.
Si aborda estos problemas mediante inversiones estratégicas, apoyo gubernamental y asociaciones internacionales, Zimbabue puede consolidar su posición como líder mundial en la exportación de arándanos. Este crecimiento no sólo promete beneficios económicos, sino que también representa una vía para revitalizar el patrimonio hortícola de la nación.