Por ahora, la temporada chilena se está encontrando muchas dificultades en su avance, según Robbert Leisink, de Fruitiful Berries, sita en Venlo (Países Bajos). «En las diferentes regiones de Chile, los productores lo están teniendo difícil con la escasez de mano de obra, que está provocando un enorme retraso en todo el proceso desde la recolección hasta el envío».

Fuente: Fresh Plaza

«A ello se le añade el hecho de que la actual ola de COVID ha provocado que las tripulaciones de algunos barcos se hayan contagiado y que haya habido que volver a cargar los contenedores. No es ninguna excepción que haya contenedores con una o dos semanas de retraso. Encima, ha hecho demasiado calor en Chile durante el mes de diciembre (más de 36 °C) para poder hablar de una situación de cosecha ideal, y, además, han tenido que vérselas con una cantidad enorme de lluvia a principios de este mes», explica Robbert.

«La conjunción de todos estos factores ha hecho que la calidad chilena media en estos momentos no sea perfecta. Es muy difícil planificar nada para los clientes, porque cada vez que se abre un contenedor cruzamos los dedos. Así pues, están siendo días de mucho trabajo en Fruitful Berries, porque el teléfono no para de sonar. Cada día, recibimos fruta chilena de toda Europa para procesarla para la industria. No tenemos límite de capacidad de volumen, así que todo el mundo es más que bienvenido».

«En cuanto a la continuación de esta temporada chilena, tenemos mucha curiosidad por saber qué nos depara. La semana pasada fue el pico de exportaciones en Chile y el sector dice que quiere hacer la transición a Marruecos y el sur de Europa lo antes posible, en torno a la semana 7/8. Desde el punto de vista de la calidad, es una decisión comprensible, pero no ayuda a los productores chilenos. Por lo tanto, estaremos disponibles hasta el último momento de la temporada chilena para hacer todo lo que podamos para procesar la fruta menos apta para la categoría I».